Mindray 2021-06-02
Actualmente, no se conocen tratamientos seguros y eficaces para los síntomas más graves de COVID-19. La falta de tratamientos efectivos significa que las vacunas son la única forma de poner fin al impacto devastador de la pandemia. Afortunadamente, ya se han desarrollado varios tipos diferentes de vacunas contra el SARS-CoV-2.
El SARS-CoV-2 S-RBD se une al receptor ACE2 para infectar las células huésped. Los estudios han demostrado que los anticuerpos neutralizantes que actúan principalmente contra S-RBD pueden evitar que el SARS-CoV-2 RBD se una al ACE2. Las vacunas pueden estimular el sistema inmunológico para generar anticuerpos neutralizantes. El grado de protección proporcionado por estas vacunas, o por una infección previa, podría comprobarse mediante la detección de esos anticuerpos.
El enfoque convencional es realizar una prueba de neutralización de virus (VNT).
Dados los inconvenientes de los VNT, los inmunoensayos entonces son fundamentales para evaluar las vacunas, tanto en las pruebas clínicas y como parte de los programas nacionales de inmunización.
De hecho, podemos deducir el resultado de una VNT realizando una prueba de neutralización por reducción de placa (PRNT).
La proteína de espícula consta de dos dominios, S1 y S2, que son responsables de la unión.
El dominio S1 contiene la proteína del dominio de unión al receptor (RBD) que participa en el reconocimiento y unión del receptor de la célula huésped, mientras que el dominio S2 contiene el péptido de fusión putativo, así como la repetición de la heptada HR1 y HR2.